A continuacion se muestra una seleccion de poemas ineditos de Alexis Urbina Pimentel (Boconó, Venezuela,1964)
La Habana ,
años después.
Yumare
A
Rafael Quevedo, “El Gato”
No he podido escapar del sitio
donde escribo,
es el alma y su
antítesis,
es quizás el designio de la
noche.
He oído un lirio del
Burate,
solo su canto lirico.
Es la hoja que se cae del
bucare.
La vieja guardia del libro de
Marx,
puede verse en una oración,
es el poema del gato,
Solo Rafael Quevedo,
el caído en Yumare,
deshoja
el
crisantemo.
GRADO
ACADÉMICO.
La niebla se ha hecho
presente,
La poesía del chino Valera
Mora,
se estaciona en mis sentidos,
es la mujer,
es el labio rozagante,
es el vino,
la calle se hace solitaria,
persiste el sonido del Chama,
veo el mariachi.
Veo un poco más abajo a Pedro
Infante,
la universidad, el rectorado,
(1989),
puedo pintarlo en mis
recuerdos,
por último me he
sentado,
con una toga,
el infaltable birrete,
la caja de cigarrillos,
Leandra allá afuera,
Y
ese no querer irme.
El tiempo ha pasado, ahí estas
intacta,
mi mente converge con tu
ilusión,
a veces veo pasar los colores
oblicuos de El Vedado,
la luz exorbitante,
la eterna mulata.
He creído ver la goajira
rociar su aroma por mi cuerpo,
los horizontes de tu esperanza
son cada vez más lejanos,
Vieja Habana, habla desde tu malecón.
escribe tu delirio flotante,
sal del marasmo vivencial.
lo pienso y lo escribo, debes
crear ciudadanos del mundo,
¡Habana sé libre!
es mi mandato imperativo,
tus calles, tú bullicio, tú melancolía,
hace pocos años que no visito
tus solares,
tus playas son recuerdos etéreos,
Obrapía tu vida, esa exigua
vida,
no es mi responsabilidad,
la pasión por tus noches crea
mis insomnolencias,
quiero verte vestida de azul,
como Casablanca, como Regla,
con el vestido de la libertad
puesto,
por eso Habana, te veo intacta,
te veo absorta pero libre,
espera por mis sudores.
Yo al final de la noche,
espero por ti.
Boconó 18 de noviembre de 2002
Canción
A Jenny
Tú que has sentido la oración,
tú que no has amado, todavía.
Si te vieses en el espejo
dorado,
solo un pez imaginario.
Solo el cuerno del unicornio
azul,
del poema de Silvio.
Me has hecho trashumante.
Esa delgadez eterna.
Hasta Aquiles habló de ti,
Por eso Jenny acuérdate,
de Hans Crishtian Andersen.
Y ve las hojas caer.
Canción
para la dueña del milenio
Mujer libertaria, razona un
poco tus procederes,
no hables más de la patria,
habla del mundo.
Por tu cuerpo ha desfilado el
improperio,
reza por ti misma,
no deambules más en la casa de
la perdición,
la vida espera por ti.
No solapes más tus viejas
oraciones,
esas que diseminan verdades,
derrama por el patio,
ese cansado corazón
Enséñame a dibujar tu sonrisa,
Yo debajo de tu alma,
Te obsequio una margarita.
Alexis Urbina, Boconó
2002.
No
existe razón para no pensarte
He pedido permiso a la
eternidad,
para poder ver la luz que da
tú recuerdo.
Te busco en la trastienda de
la oración,
Y hallo un espacio vació.
El último trasnocho me
devolvió a la dejadez,
de no verte.
Cristales holocausticos se
perciben en tu mirada,
Pues a esta hora de la noche,
Sólo queda el resquicio de lo
vivido,
desvaneciéndose,
hasta perderse en el horizonte
de tu cuerpo.
Primera
razón poética para crear un soliloquio.
Camina por la sonda de la luz,
desborda la cantata de la
esperanza,
al ver tu dulce mirada,
llena de abstracciones
oceánicas,
no más una madeja de
oraciones,
me he dado cuenta que no
sirven para nada.
Razón
para creer en la lluvia
La lluvia esta detrás de la
puerta,
Puedo oír su decoroso compás,
es una canción armónica,
cuya premisa fundamental,
es el sonido.
Mar
Quiero soñar con una cadencia
marina,
con sabores salados,
con olas trasgresoras,
con oblicuos cuerpos moteados,
por soles anacrónicos,
descompasados,
salidos de la realidad.
Rastreo con devoción a la
estrella marina,
A los languidecientes brazos
del pulpo,
Ya no hay más arrecifes
coralinos,
Lo he visto en la memoria
oceánica,
de la esperanza eterna.
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