En noches como esta
aun me embriago
en el recuerdo de tu ser
y tu llegada espacial
envuelta en la cola de un
cometa,
esparcida
floreciendo el valle agreste
en el agosto fugaz,
mas tu partida de muerte
lenta,
flotando sobre los arboles
entre el sonido de una
flauta y un adiós.
Es el recuerdo perenne
de la Gacela Polar,
quince mil años viajera,
pero imposible de amar.
Septiembre, 25 - 1994
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