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Foto: Maruka Fuster (2014
I
Atravesando las cortinas de mi habitación
progresivamente iba penetrando a un mundo sin fronteras
sin nombre y sin dueño
II
Los contactos se hacían más intensos
mi alma se estremecía llevada por la fuerza de un huracán
a mis pies caían millones de hojas secas
cuyo significado no era más que la culminación de un ciclo.
III
Allí me vi, lleno de barro y rodeado de basura.
Inmerso en un gran mar de lodo
brotaban vapores putrefactos que infectaban mi alma.
A la luz de la tarde fui cayendo
exhausto, perdido en mis memorias
Con mi cabeza llena de podredumbres
IV
A la luz de la noche desperté
no pude más que reír de mi sueño
duro y tosco
que batía fuertemente mis entrañas
y a la vez iluminaba mi camino
a tal punto que era solo esa negra luz la que me iluminaba.
V
Así iba caminando sin rumbo fijo
con un solo objetivo: despertar.
VI
La noche se hace larga
la neblina cubre los cuerpos
los limpia, los abraza
quiere jugar
yo, rustico y rudo para ella,
al abrazarla me desinhibo
me cubrió el frío y la noche se lleno de ojos,
miran fijamente y me siguen, me persiguen
yo, desesperado corro,
sin embargo no logro salir de su vista.
VII
Cansado caí
un segundo sueño llega,
aparecen imágenes inefables, hombres, mujeres
de una belleza indescriptible
me invitan a correr con ellos,
por sus campos verdes,
llenos de aves y animales
de luz, amor, dicha.
VIII
Es demasiado para mi, no lo aguanto y despierto
seguía allí, frente a mis cortinas
cuyo contacto me estremecía cada vez más
me recordaban que estaba vivo
Juan Rondón
Venezuela
Escrito hace mas de 20 años
Se percibe la angustia del poeta en su adolescencia, por descubrir el transito hacia la razón, sufriendo la desesperanza de formar parte de un collage de sueños efímeros que abruptamente lo bajaron del cielo a la tierra... Interesante búsqueda a tan corta edad.
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