El
sabor de tu cabello
Sabor a ti tengo en mis labios,
dulce a melancolía,
fresca aun la canción
emanada de Fausto enamorado
en verbo arrítmico y sonoro,
como todos los hombres
buscando el sabor de tu
cabello.
1994
Ausencia
Se me agotan las noches para
recordarte,
desde el instante fugaz
en que llegaste
sonriendo soledades y
distante de la razón.
Mientras yo te sueño
por los abismos diurnos,
duermes profundamente una
soledad de madrugada,
para despertar hambrienta de
mí.
1994
Luz
Despierto ahorcado de
palabras,
mudas, necesarias tal vez,
escarbando en el recuerdo de
una cerveza solitaria
la luz sacra que alumbró
ayer un espíritu temporal y viajero,
y solo son sueños etéreos
danzando en el verbo y una añeja
sonrisa.
1994
Reclamo
místico
De la primavera emergió una
voz esparcida al sur
en alas de un vuelo
cotidiano
gritando tímidamente
una angustia forjada en
noches de marzo,
diluida en silencios
prohibidos:
era la voz de Ulises en el
reclamo eterno
y el fuego se apagaba
ante la brisa fría de
septiembre otoñal.
José Urbina Pimentel
1994
Distancias
¿Cuántas lejanías eclesiales
compartidas?
Postrados los pensamientos
ante la cruz genuflexa,
irreverentemente inmiscuidos
uno a uno,
solitarios de llanto febril,
latiendo la vida nueva.
José Urbina Pimentel
1996
Verano
En estío, el sol iracundo
golpea en mortal silencio
las sensaciones de las
palabras,
sin amordazar la razón
y todo día de júbilo pasa
ser un solar oscuro de impaciencia.
El pensamiento vive en cada
hormiga laboriosa
que desatiende el crujido de
cada hoja seca,
persiguiendo los latidos de
la tierra
como coro ardiente de ninfas
del olvido.
José Urbina Pimentel
1993
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