Caminando por el mar

 

 

Cada quien a su manera

es un Ulises

que rema en su propio Mar Incognitum,

mas no Nostrum ni de Los Sargazos,

rumbo a Ítaca, la nueva

tras una quimera escondida

entre sueños y esperanzas por descubrir

en el constante andar de cada paso

dado en suelo seco,

cuando el marinero se convierte en

caminante

y la piel salitre y cobriza de los soles

de la mar adentro,

se atempera bajo los rayos blanquecinos

de la luna llena,

perdido en el eterno retorno

en que los griegos

condenaron por siempre a los hombres.

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