A Alejandro Gil Martorelli
Labriego consecuente de la palabra
Hace tantos años el imberbe mozalbete,
montado en el viejo rocín de los abuelos pretéritos
partió tras la razón,
con sus alforjas repletas de sueños y la bendición
perenne de la amada madre.
Transitó sendas agrestes
matizadas de silencios y lunas taciturnas,
enfrentando mil veces
los mismos molinos hambrientos
que engulleron sin respirar a Alonso Quijano y al humilde
Sancho.
Hoy, la claridad del día
me muestra al hombre cansado
tras la ruta inacabada,
pero sonriente
en la satisfacción de saber que la utopía de la razón
se apropiara del ser humano cuando este lo decida.
Del imberbe mozalbete
Solo quedan sus sombras
Y los pasos andados, mas nunca perdidos.
José Urbina Pimentel
Noviembre, 2016
Diste en el blanco con Diana Cazadora y de nuevo con este, en un primer intento has dibujado lo que quería para ser la presentación de un viejo sueño, un abrazo, hermano, amigo y poeta
ResponderEliminarAlejandro, gracias por esa invitación a participar en tus ideas hechas texto para el bien comun
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